Tiene medio millón de habitantes, aunque no lo parece. En la amable y serena La Haya las bicicletas y peatones son los dueños de las calles. Todo transcurre relajadamente, sugiriendo al visitante conocerla despacio, sin prisas.
La Haya (Den Haag en holandés) fue la primera ciudad que visitamos en los Países Bajos durante nuestra Ruta en caravana por Francia, Luxemburgo, Países Bajos y Bélgica. Establecimos la base en De Hoef, concretamente en un precioso y peculiar lugar en pleno campo a menos de 50 km de La Haya, llamado Groene Hart Camping. El día indicado, cargamos las bicis en el coche y nos acercamos a la capital holandesa, que recorrimos de punta a punta siguiendo un itinerario planificado con antelación.
Los orígenes de la ciudad se remontan hacia 1230 y son bastante modestos. Empezó siendo una residencia de caza, construida por el conde de los Países Bajos Floris IV, en unos terrenos que compró al lado de un estanque. Ese estanque se encontraba aproximadamente donde actualmente está el pequeño lago Hofvijver (que traducido seria «estanque de la corte») y los edificios gubernamentales del Binnenhof, en el corazón de la ciudad.
Aunque Ámsterdam es la capital oficial de los Países Bajos, La Haya es su capital administrativa. Allí se encuentran las sedes del Gobierno del país, el Tribunal Internacional de Justicia, la Corte Penal Internacional, las embajadas extranjeras o la Europol. Cuenta con medio millón de habitantes, siendo la tercera ciudad más poblada de los Países Bajos después de Ámsterdam y Rotterdam.
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Contenido del artículo
- 1 Aparcando en La Haya
- 2 Que ver en La Haya en 1 día
- 3 Madurodam
- 4 Binnenhof y Museo Mauritshuis
- 5 De Passage, Grote Markt e Iglesia de San Jacobo
- 6 Antiguo Ayuntamiento, The Sting y Plaza Plaats
- 7 Palacio Noordeinde (y calle Noordeinde)
- 8 La bonita historia del museo Panorama Mesdag
- 9 Lange Voorhout, Museo Escher y puente Malibrug
- 10 Tribunal Penal Internacional de La Haya
- 11 Playa de Scheveningen
- 12 De vuelta al coche y al camping
- 13 Información útil
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Aparcando en La Haya
Desde el camping Groene Hart hasta La Haya hay unos 50 km. La red de carreteras es muy buena, y no encontramos ni atascos ni colas. Como en esta ocasión llevamos las bicicletas, debimos buscar un aparcamiento adecuado. Tras estudiar las posibles zonas y aparcamientos, decidimos estacionar en las afueras, muy cerca de Madurodam, alrededor de las calles Wagenaarweg, Cremerbrug y Ver-Huëllweg.
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Es una zona residencial muy tranquila a las puertas del Westbroekpark, uno de los parques más bonitos de ciudad. Fue muy fácil encontrar aparcamiento en la calle, regulado por parquímetros. Nos salió por unos 1,60€ / hora. Desde allí, con las bicis es muy fácil llegar al centro, ya que La Haya es una ciudad preparadísima para circular en bicicleta.
Que ver en La Haya en 1 día
La capital administrativa holandesa es una ciudad que si tuviésemos que describir con una sola palabra seria Amable. No encontramos mucho tráfico ni muchos turistas y pudimos disfrutar de una visita relajada. Aunque las distancias andando pueden ser largas, en bicicleta se recorren fácilmente y sin demasiado esfuerzo, dado que la ciudad es muy llana, como todo el país en general.
Desde Madurodam hasta la playa de Scheveningen hay unos 3 km, que en bici se recorren en poco más de 10 minutos. Y en dirección opuesta hacia el centro, donde se encuentran muchos de los principales punto de interés como el Binnenhof y el Parlamento de La Haya, el Museo Maurithuis o la plaza Grote Markt también hay unos 3 km. Y unos 2,5 km hasta el Tribunal Penal Internacional de La Haya.
A continuación, estos son los lugares que ver en La Haya, según el orden en que los visitamos. Es una ruta bien estudiada para realizarla en bici, aunque obviamente también se puede realizar en transporte público, y por supuesto andando si así se desea. La distancia máxima entre los puntos de interés más alejados es de unos 5 km, entre la la playa de Scheveningen y el centro histórico.
Madurodam
Una de las visitas más populares en La Haya es Madurodam, sobre todo si se viaja con niños. Aunque ciertamente, el lugar es curioso y ameno para todas las edades. Se trata de un parque donde se representan a escala 1:25 centenares de edificios y monumentos del país, como una ciudad en miniatura. En ella se pueden ver reproducciones de la Plaza Dam o el Rijksmuseum de Amsterdam, la zona portuaria de Rotterdam, el Binnenhof y el museo Mauritshuis de La Haya, etc etc etc.
Madurodam tiene su origen en una bonita historia, aunque también trágica. Debe su nombre a George Maduro, nacido en 1916 en las antiguas Antillas Holandesas. Estaba destinado en La Haya como oficial de reserva cuando los alemanes ocuparon Holanda durante la II Guerra Mundial. Tras la capitulación del ejército holandés fue detenido y enviado al campo de concentración de Dachau, donde murió a los 28 años.
Posteriormente, sus padres donaron los fondos para iniciar el proyecto, como homenaje a su único hijo. Madurodam se inauguró en 1952, y entre los edificios a escala se encuentra el del lugar de nacimiento de George Maduro. En el Parque Nelson Mandela de Ámsterdam (antes llamado Bijlmerpark) existe un puente en su honor, el George Maduro Bridge.
Binnenhof y Museo Mauritshuis
Desde Madurodam hasta el centro hay unos 3 kilómetros, que en bici se recorren fácilmente en menos de 15 minutos. El recorrido es llano y por carriles perfectamente señalizados y con sus propios semáforos. Realmente, circular con la bicicleta por Den Haag es una gozada. Aparcamos y encadenamos las bicis en Het Plein, justo al lado del Binnenhof, el complejo gubernamental de los Países Bajos.
Het Plein es una animada plaza con una estatua de Guillermo de Orange en el centro. También allí se encuentra la entrada a la Cámara de Representantes, que junto con el Senado forman Parlamento Nacional de los Países Bajos. Y en una esquina de la plaza, antes de entrar en el Binnenhof, está el museo de arte Mauritshuis. Construido en 1640, atesora obras maestras de Rendbrant, Vermeer, Brueghel el Viejo o Rubens, entre otros muchos.
Al lado del museo se halla la Grenadierspoort, la puerta oriental de entrada al Binnenhof. A 50 metros atravesamos una segunda puerta, la Binnenpoort, que da acceso a una preciosa plaza interior adoquinada y porticada. En el Binnenhof se hallan las principales instituciones del país como el Parlamento, el Ministerio de Asuntos Generales o la oficina del Primer Ministro.
Entre todos los edificios del Binnenhof cabe destacar el Ridderzaal (Sala de los Caballeros), construido hacia 1290. En la misma plaza se halla la Hofkapel (antigua capilla de la corte) y la Fuente Binnenhof (Binnenhoffontein), de hierro forjado y rematada con una estatua dorada de Guillermo II de Holanda. El Binnenhof es uno de los complejos parlamentarios más antiguos de Europa que sigue en uso, ya que la sala de reuniones del Senado se construyó hacia 1655.
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Es posible visitar el interior de algunos edificios del Binnenhof como el Senado y la Cámara de Representantes, mediante visitas guiadas organizadas por la Casa para la Democracia y el Estado de Derecho (ProDemos).
De Passage, Grote Markt e Iglesia de San Jacobo
Saliendo del Binnenhof por el extremo opuesto (puerta Stadhouderspoort), dejamos el lago Hofvijver a nuestra derecha y continuamos por la calle Hofweg. A unos 100 metros se encuentra el Passage, el centro comercial más antiguo de los Países Bajos. Se inauguró en 1885 como lugar de compras para personas de alto poder adquisitivo, y está bellamente decorado con cúpulas de cristal y elegantes fachadas.
Tras entretenernos en los escaparates de prestigiosas marcas y en la acogedora terraza de un café a resguardo de inclemencias meteorológicas, salimos del Passage por la calle Spuistraat. Tomando una tercera calle del Passage también se puede salir a la plaza Buitenhof, donde está la fachada principal y más bonita de las galerías.
A unos 300 metros se encuentra la Grote Markt, una plaza que ocupa el espacio donde desde 1452 estuvo el convento de Santa Isabel, destruido en un incendio en 1584 y posteriormente demolido. La Grote Markt empezó siendo un mercado de frutas y verduras, hacia 1614. El mercado se trasladó en 1938 al actual Mercado de la Haya (De Haagse Markt) en el barrio de Schilderswijk, el mercado más grande de los Países Bajos.
En la década de 1970 la plaza se convirtió en una importante zona de ocio, y actualmente sigue siendo un lugar con mucho ambiente. Llena de restaurantes, pubs, cafés y terrazas, es un lugar de encuentro para locales y forasteros. A lo largo de todo el año, partir del atardecer son frecuentes los festivales y actuaciones musicales de jazz, DJ’s, grupos de rock y pop, etc.
Apenas a 150 metros siguiendo por Schoolstraat encontramos la Iglesia Grande o de San Jacobo (Grote of Sint-Jacobskerk), la principal iglesia protestante de la ciudad y uno de sus edificios más antiguos. Construida en el siglo XIV, sustituyó a una iglesia anterior de madera que se encontraba en el lugar desde el siglo XIII, época de fundación de La Haya alrededor del lago Hofvijver. Destaca su torre hexagonal del siglo XV (a la que se puede subir) con una altura de más de 92 metros y conocida por los hayenses como Torre de la Haya (Haagse toren).
Antiguo Ayuntamiento, The Sting y Plaza Plaats
Dejando atrás la iglesia, nada más tomar la calle Dagelijkse Groenmarkt se encuentra el Antiguo Ayuntamiento (Het Oude Stadhuis), construido en 1564 con su característica Torre del Reloj, añadida a finales del siglo siguiente. Curiosamente, el reloj era más antiguo que la torre. Se fabricó en 1493, y se supone que estaba instalado en el ayuntamiento anterior. Aunque el reloj actual es una copia, puesto que el original se perdió durante la II Guerra Mundial.
Siguiendo por la Dagelijkse Groenmarkt, en apenas a 60 metros llegamos a una amplia intersección donde confluyen hasta cinco calles (Dagelijkse Groenmarkt, Grote Halstraat, Venestraat, Gravenstraat y Hoogstraat). Aquí se encuentra uno de los edificios más populares y particulares de la ciudad: The Sting.
The Sting ocupa el lugar de unas antiguas dependencias municipales que se demolieron tras inaugurar el nuevo ayuntamiento en 1995. El solar lo ocupó un nuevo edificio, diseñado por el arquitecto inglés John Outram para la cadena holandesa de tiendas de ropa The Sting Companies. El colorido diseño de su fachada y su techo de color verde son los responsables de también sea conocido como snoeprommel (bastón de caramelo) o koekrommel (tarro de galletas).
Mirando The Sting de frente, a la derecha está la ‘t Goude Hooft, la posada más antigua de La Haya, mencionada ya en 1423 como In tgulde hoift. Allí se reunían los visitantes y comerciantes del cercano mercado de la calle Dagelijkse Groenmarkt, y pasaban la noche los viajeros o comerciantes de paso por la ciudad. Antes de la II Guerra Mundial la cervecera Heineken reconstruyó la taberna según unos planos originales de 1660, aunque algo más grande.
A poco más de 200 metros de The Sting por la calle Hoogstraat se encuentra otro lugar con mucho ambiente, la Plaza Plaats, geométricamente triangular y llena de cafés y terrazas que al atardecer rebosan de parejas, familias y grupos de amigos tomado algo o cenando. Es una de las plazas más antiguas de La Haya, creada hacia el siglo XIII como patio del castillo del conde.
La puerta delantera de entrada al castillo y más importante en su época, la Gevangenpoort, todavía se conserva en el extremo de la Plaza Plaats colindante con la plaza Buitenhof y el estanque Hofvijver. Posteriormente la Gevangenpoort fue prisión y Palacio de Justicia del poderoso Consejo de Holanda (Hof van Holland), y desde 1882 alberga el Museo de Gevangenpoort (Rijksmuseum de Gevangenpoort) sobre la historia del crimen y el castigo entre los siglos XV y XIX.
No podemos evitar contagiarnos del gran ambiente de la Plaza Plaats, así que aparcamos las bicis donde podemos —la plaza está llena de ellas por todas partes— y nos sentamos en una terraza donde las tenemos a la vista. Del mismo modo que en la naturaleza se disfruta del silencio, el suave murmullo de las hojas de los árboles y el canto de los pajarillos, resulta enormemente placentero dejar pasar el tiempo escuchando el sonido de la ciudad: cuchicheos de conversaciones anónimas, las campanadas anunciando las horas o los tintineos de las cucharillas en las tazas de café…
Palacio Noordeinde (y calle Noordeinde)
Aunque ya hemos visto muchas de las cosas más interesantes de La Haya, lo cierto es que todavía estamos muy cerca del lago Hofvijver y el Binnenhof. Alrededor de ellos, sin alejarse demasiado, se encuentran algunos de los principales puntos turísticos de la ciudad. Tras el descanso, nos dirigimos a la parte más angosta de la Plaza Plaats, donde se estrecha hasta desembocar en la calle Noordeinde.
Ya en la Edad Media, Noordeinde era una animada calle donde vivían los artesanos que trabajaban para la corte. No ha cambiado mucho desde mediados del siglo XIX, y actualmente todavía existen algunos comercios que abastecen al cercano palacio real. Con algunas otras calles cercanas, forma la exclusiva zona comercial Het Noordeinde, donde se han establecido prestigiosas tiendas de moda, galerías, joyerías, cafeterías y restaurantes.
Al final de la calle, en la esquina con la calle Scheveningseveer, se hallaba la Prins Taveerne, otro local histórico al igual que el anteriormente citado ‘t Goude Hooft, la posada más antigua de La Haya (1423). En su caso, la Prins Taveerne aparece mencionada en 1630 con el campestre nombre De Groene Valck (el valle verde), aunque parece que ya funcionaba desde 1592. Por desgracia, estaba cerrada y no pudimos entrar.
Curiosamente, en el mismo viaje, en Ámsterdam visitamos el De Drie Fleschjes, un bar que tiene sus orígenes en 1650; y en Brujas estuvimos en su bar más antiguo, el Café Vlissinghe, abierto en 1515. Será por bares…
En la misma calle Noordeinde se halla el Palacio Noordeinde. Tiene su entrada frente a una estatua ecuestre de Guillermo de Orange (1845), en una pequeña plaza donde también se encuentra el De Postzegelboom, un monumental castaño de indias plantado en 1880. Debe su nombre (que traducido seria árbol de los sellos) a que durante años se reunían a su alrededor filatelistas que vendían e intercambiaban sellos.
El Palacio Real Noordeinde tiene sus orígenes en una granja medieval que en 1533 se convirtió en una gran residencia familiar. Actualmente es uno de los cuatro palacios oficiales de la familia real neerlandesa junto a los de Soestdijk, Ámsterdam y Huis ten Bosch, este último también en La Haya. El Palacio Noordeinde es utilizado como lugar de trabajo del monarca de los Países Bajos, y normalmente no es visitable, aunque excepcionalmente se realizan jornadas de puertas abiertas.
Lo que sí puede visitarse, y gratuitamente, son los jardines del palacio (Paleistuin), un lugar precioso con estanques, bancos para sentarse, césped y árboles centenarios donde hacer un picnic o descansar tranquilamente. También cuenta con un parque infantil, donde los niños pueden correr libremente en un recinto seguro. La entrada se encuentra en la parte de atrás del palacio, al lado de los Establos Reales, en la calle Prinsessewal.
La bonita historia del museo Panorama Mesdag
Desde los Jardines Reales nos dirigimos al Paleistuin, en la calle Zeestraat, apenas a dos minutos en bicicleta y unos 7 minutos andando. Básicamente, el Panorama Mesdag es un ciclorama (pintura panorámica) creado por el pintor neerlandés Hendrik Willem Mesdag en 1881. La obra mide nada más y nada menos 14 metros de alto por 120 metros de circunferencia, y muestra el paisaje del Mar del Norte, las dunas, La Haya y la antigua aldea de Scheveningen, actualmente un distrito de la ciudad.
Por aquel entonces las pinturas panorámicas estaban en pleno apogeo, en una época en la cual todavía no existían el cine ni la televisión. A la ‘Société Anonyme du Panorama Maritime de la Haye’ se le ocurrió la genial idea de realizar un ciclorama, y le encargó el trabajo a Mesdag. La nueva atracción abrió sus puertas el 1 de agosto de 1881, con la presencia como invitado del mismísimo Vincent van Gogh, que declaró que «el único defecto del Panorama de Scheveningen es que no tiene ningún defecto». Amén.
Lamentablemente, la moda de los cicloramas llegó muy pronto a su fin y la empresa quebró en 1886. El mismo Mesdag compró su obra en una subasta y financió las pérdidas de la empresa. Posteriormente, antes de morir en 1915, dejó bien atado el negocio repartiéndolo entre sus numerosos primos mediante acciones.
Hoy, se encuentra en el mismo edificio expresamente construido para su exhibición en formato 360º, y es el ciclorama más antiguo del mundo que aún se encuentra en su ubicación original. Además, continúa dirigido por los descendientes de los accionistas originales. Sin duda, la historia del Panorama Mesdag es un bonito ejemplo de perseverancia y confianza en un proyecto.
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Museum Panorama Mesdag.
Zeestraat 55, La Haya (ubicación Google Maps).
Web: panorama-mesdag.nl
Lange Voorhout, Museo Escher y puente Malibrug
Nos dirigimos a Lange Voorhout, una de las calles más conocidas de La Haya. Podemos hacerlo volviendo por Noordeinde o tomando la paralela Parkstraat, en ambos casos el objetivo es llegar a la Kloosterkerk (Iglesia del Monasterio), a 3 minutos en bici y menos de 10 a pie. Construida a finales de la Edad Media, desde 1617 es una iglesia protestante, donde asisten regularmente a los servicios religiosos dominicales los miembros de la Casa Real holandesa.
La Kloosterkerk marca el inicio de Lange Voorhout, un precioso paseo en forma de L que destaca por sus zonas ajardinadas, grandes árboles y bonitos edificios. Empezó siendo una zona de granjas en la Edad Media, y a partir de los siglos XIV y XV se construyeron las primeras casas de los nobles y cortesanos. Actualmente alberga varias embajadas, entre ellas la española en el número 50, así como numerosas instituciones públicas y culturales.
Si pasas por aquí el tercer martes de septiembre, que ya seria casualidad, ten en cuenta que ese día se celebra el Prinsjesdag o día del príncipe. Los Estados Generales se reúnen ante el trono, y el Rey pronuncia el Troonrede (discurso del trono). Por la mañana el Rey participa en el desfile real en su carroza dorada, que desde Noordeinde y pasando por Lange Voorhout, recorre las calles de la ciudad hasta el Ridderzaal (Sala de los Caballeros), en el Binnenhof.
Uno de los edificios más populares del paseo es el Palacio Lange Voorhout. Construido en el siglo XVIII, desde 2002 es la sede del museo Escher in Het Paleis, donde se expone la obra de Maurits Cornelis Escher (1898-1972). Famoso por sus dibujos de perspectivas imposibles e ilusiones ópticas, el genial artista neerlandés dijo respecto a algunas de sus obras: «No uso drogas, mis sueños son lo suficientemente aterradores».
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Museo Escher in Het Paleis.
Lange Voorhout 74, La Haya (ubicación Google Maps).
Web: escherinhetpaleis.nl
Tras la visita al museo, en un mini paseo de un par de minutos nos plantamos por casualidad en un bonito rincón en el canal Smidswater, detrás del museo Escher. Se trata del Malibrug, un pequeño puente de 1704 que atraviesa el canal y que está clasificado como monumento nacional. No teníamos conocimiento de su existencia, pero el lugar es encantador y nos quedamos allí un rato, sentados en un banco disfrutando de la sombra de los árboles y el tranquilo ambiente del lugar.
El puente Malibrug es el último lugar que visitamos en el centro histórico. A partir de aquí, primero nos dirigimos al Tribunal Penal Internacional, a unos 3 km (poco más de 10 minutos en bicicleta y algo más de media hora a pie), y luego a la playa de Scheveningen.
Tribunal Penal Internacional de La Haya
Quien no ha escuchado alguna vez hablar del Tribunal Penal Internacional de la Haya, también conocido como Corte Penal Internacional. Allí se juzgan a las personas acusadas de cometer crímenes de genocidio, guerra, agresión y lesa humanidad. Fundado en 1998, es el primer organismo judicial internacional de carácter permanente encargado de perseguir y condenar crímenes en contra del Derecho Internacional.
Desde antes de iniciar el viaje tuvimos claro que teníamos que ir a ver un lugar tan conocido y sobre el cual de vez en cuando hablan los medios de comunicación de todo el planeta. Aunque fuese una visita rápida. Y así fue. Desde el puente Malibrug, tomamos Koningskade y circulando siempre por carriles bici perfectamente señalizados, en un plis-plas nos plantamos ante el edificio del Tribunal. La verdad es que estuvimos apenas el tiempo justo para tomar unas fotos y nos fuimos enseguida.
Aunque ni tan solo lo probamos dado que ya era tarde, es posible visitar el interior del edificio. Previa inscripción se realizan visitas guiadas para grupos, aunque los visitantes individuales pueden unirse a los grupos existentes si quedan plazas disponibles. En cambio, los visitantes individuales pueden asistir a las audiencias públicas sin registro previo, tan solo presentando el DNI o pasaporte en vigor para acceder a las instalaciones del Tribunal. La edad mínima para asistir a las audiencias es de 16 años.
Existe un parking gratuito para visitantes, donde se puede aparcar el coche o la bicicleta, a cinco minutos de la entrada. Obviamente, también se puede llegar en transporte público. Con la aplicación 9292 reistmetjemee, aconsejada en la página web del Tribunal, se pueden planificar las rutas en transporte público por todo el territorio nacional. En nuestro caso, acostumbramos a utilizar Google Maps para planificar los recorridos en transporte público por las grandes ciudades europeas, y acostumbra a funcionar muy bien.
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Tribunal Penal Internacional de la Haya.
Oude Waalsdorperweg 10, La Haya. (ubicación Google Maps).
Web: icc-cpi.int
Playa de Scheveningen
Desde el Tribunal Penal Internacional tomamos Van Alkemadelaan, una ancha vía de cuatro carriles que lleva directamente a Scheveningen. Es un recorrido de casi 4 km que realizamos tranquilamente en unos 15-20 minutos, por supuesto siempre por carriles bici. Pasamos por delante de la Prisión de Scheveningen, un centro penitenciario donde también se hallan, en unas dependencias separadas administradas por la ONU, la Unidad de Detención de las Naciones Unidas (UNDU) y el centro de detención de la Corte Penal Internacional.
Hoy Scheveningen es un destino turístico muy popular, pero sus orígenes son modestos. No se sabe con certeza cuando se fundó, aunque el lugar aparece nombrado en 1284 como «tierra de Scheveningen», que podría ser el nombre del propietario del terreno. El actual Scheveningen se menciona por primera vez en una escritura de 1357. Hasta mediados del siglo XVII, solo estaba conectada con La Haya por un camino de dunas que terminaba en la actual calle Noordeinde.
En 1818 abrió la primera casa de baños, un pequeño edificio de madera que dos años más tarde se sustituyó por uno de obra. En 1884 se construyó el Grand Hotel Amrâth Kurhaus Den Haag, todavía a pleno rendimiento como hotel de lujo de 5 estrellas; y en 1901 el primer muelle de Scheveningen, justo detrás del hotel. A partir de entonces, la zona fue creciendo hasta convertirse en uno de los principales puntos turísticos de La Haya y de todo el país.
Realizamos la entrada triunfal en la playa de Scheveningen por delante del Carlton Beach, otro hotel de lujo de 4 estrellas en primera línea de playa. Esta mide unos 4,5 km de largo y una media de 110 metros de ancho. En el paseo paralelo a la playa (bulevar Scheveningen) de 2,5 km de longitud, se encuentran multitud de restaurantes, bares y chiringuitos con estupendas terrazas para tomar algo, así como el muelle de Scheveningen y la icónica noria de 50 metros de altura.
Tuvimos la suerte de que hacía muy buen tiempo, y tanto en la playa como en el bulevar encontramos bastante gente bañándose, tomando el sol, jugando al voley playa o simplemente descansando y disfrutando de la suave brisa marina, el paisaje de las dunas y el Mar del Norte. Existen varias zonas diferenciadas, la más popular es la playa de Noorderstrand, frente al bulevar. Otras playas son las de Zuiderstrand, Kijduin y la Zwarte Pad Strand, esta última famosa por sus fiestas en verano.
Tiempo más tarde, al escribir este post, descubrí casualmente que el famoso coleccionista de arte Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza, impulsor del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, nació en Scheveningen en 1921.
De vuelta al coche y al camping
Cumplida la misión de visitar La Haya en bicicleta, regresamos a la calle Wagenaarweg, donde está aparcado nuestro coche. Son 2 km, menos de 10 minutos con la bici tomándonoslo con muuuucha calma. Cuando llegamos, todo continua igual. Nuestro coche está casi solo, hay sitio para aparcar en toda la calle. Sin duda, acertamos cuando estudiamos las zonas para dejar el vehículo. Incluso sin las bicis es un buen lugar, ya que a 300 metros está la parada de tranvía de Wagenaarweg, que lleva directamente al centro histórico.
Una vez cargadas las bicis en la baca, iniciamos la vuelta al Groene Hart Camping, donde acabaremos de pasar lo que queda de tarde relajadamente. Tot snel, Den Haag!!
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