Visitamos el mágico e icónico Zaanse Schans, uno de los lugares más bonitos (y turísticos) de los Países Bajos. Descubrimos sus pintorescos molinos de viento y típicas casas de madera, sin olvidar los famosos y deliciosos quesos holandeses.
➕ Pueblos bonitos que te encantarán:
Los típicos molinos de colores de Zaanse Schans son una imagen icónica e inconfundible de los Países Bajos. Atrae año tras año a millones de turistas de todo el mundo, ávidos por conocer la holanda más típica y tradicional. Lo que tal vez algunos de ellos no saben, es que su nombre está relacionado con la Guerra de Flandes y España. Aunque el lugar no es, ni de lejos, tan antiguo.
Zaanse Schans es un barrio de Zaandam, una ciudad de unos 76.000 habitantes que a su vez es capital del municipio de Zaanstad, que agrupa siete núcleos urbanos con una población total de unos 150.000 habitantes. Como curiosidad, aunque no venga mucho a cuento, el primer restaurante McDonald’s de Europa abrió en 1971 en Zaandam.
Contenido del artículo
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Breve historia de Zaanse Schans
La historia de Zaanse Schans empieza a mediados del siglo XX. En 1946 se decidió preservar la zona residencial de Gortershoek, en el antiguo pueblo de Zaandijk, integrado en el municipio de Zaanstad desde 1974. Es decir, las bonitas casas a orillas de río Zaan, justo enfrente de los famosos molinos.
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En cuanto a Zaanse Schans, en principio se diseñó como área residencial y de trabajo, tal como podría haber sido a mediados del siglo XIX. Se acondicionó el terreno al otro lado del río frente a Gortershoeck, en un pólder de 170 hectáreas llamado Kalverpolder, para albergar diversos edificios históricos de madera.
Los molinos llegaron desde diversos puntos de la región. Pero la cruda realidad obligó a cambiar los planes. El nuevo barrio atrajo cada vez a más turistas, y el proyecto debió modificarse para adaptarlo a las inesperadas circunstancias. Incluso se construyó un aparcamiento en el lugar donde se había planificado una escuela.
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Otra curiosidad. Zaanse Schans recibió su nombre en 1961, en memoria del reducto (schans) que el gobernador de la región Diederik Sonoy construyó en 1574 para detener el avance de las tropas españolas durante la Guerra de Flandes. A la postre, las acciones de Sonoy provocaron el fracaso del asedio español de Alkmaar.
Como llegar a Zaanse Schans
Zaanse Schans se encuentra a menos de 20 km de Ámsterdam, la capital de los Países Bajos. Llegar hasta allí en transporte público es sencillo. Desde la estación central de Ámsterdam sale un autobús cada 15 minutos, con parada a la entrada de Zaanse Schans. Más info sobre horarios y líneas en bus391.nl.
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También es posible llegar en tren desde la estación central de Ámsterdam, hasta la estación de tren de Zaandijk – Zaanse Schans. Desde la estación hasta los molinos tendrás que andar unos 15 minutos. Puedes consultar horarios de transporte público en la página web 9292.nl.
Una forma mucho más original de llegar a Zaanse Schans, es hacerlo en barco desde Ámsterdam. Atravesarás la zona portuaria del segundo puerto más grande de los Países Bajos (tras el de la Moderna, vanguardista y vibrante Rotterdam) y llegarás a tu destino por el río Zaan, a través de antiguos almacenes y fábricas históricas.
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Si llegas con tu propio vehículo, Zaanse Schans dispone de un aparcamiento de pago (entre 11 y 15 € / día). Nosotros estuvimos allí a mediados de un mes de agosto hacia mediodía y encontramos el aparcamiento lleno. Aparcamos en el P+R Wormerland (gratuito) a unos 2,5 km, y nos acercamos hasta los molinos por un bonito y llano carril bici (llevábamos las bicis en la baca).
Fue una buena solución. Nos ahorramos el parking y aparcamos las bicis a un paso de los molinos, junto a otros cientos de ellas. Cuando regresamos al P+R Wormerland, compramos comida en un Burguer King allí mismo y organizamos uno de nuestros «glamurosos» picnics en el mismo parking, sentados en el maletero del coche.
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👉 ℹ Si aparcas en el parking de Zaanse Schans, entrarás al pueblo por la zona del Zaans Museum. En nuestro caso, al llegar en bici, las aparcamos al inicio de la calle Kalverringdijk, la «calle Mayor» de Zaanse Schans, en el extremo opuesto. De esta manera, empezamos el recorrido por los molinos. Si entras por el parking, harás el recorrido al revés: primero podrás visitar algunos museos, talleres y tiendas antes de llegar a la calle principal (Kalverringdijk), donde están los molinos.
Por último, también puedes contratar una excursión a los molinos de Zaanse Schans desde Ámsterdam con guía en español, donde un autobús climatizado te llevará hasta allí. La excursión incluye la visita a un taller tradicional de zuecos holandeses y a una quesería, donde degustarás una gran variedad de quesos.
Qué ver en Zaanse Schans
Una vez llegas a Zaanse Schans, te sumerges en un museo al aire libre, donde las típicas casas de madera holandesas, antiguos almacenes y por supuesto, los molinos de viento, son los absolutos protagonistas. Un consejo: si puedes, visita el lugar fuera de temporada alta. Nosotros estuvimos en pleno agosto, y estaba lleno. Ríos de gente y colas por todas partes.
Aun así, si estás aquí en verano no te vayas sin visitarlo, es un lugar muy bonito. Además de los molinos de viento, Zaanse Schans cuenta con museos, tiendas, talleres, demostraciones de artesanos y por supuesto, bares. Puedes pasar allí perfectamente medio día e incluso un día entero, si estás interesado en visitar todos los museos, talleres y molinos visitables.
Precios de las entradas y opciones
El acceso al pueblo de Zaanse Schans es gratuito. Pero ten en cuenta que para entrar a los museos y algunos molinos hay que pagar entrada. Aproximadamente unos 5,50 € los adultos y unos 2,50 € los niños / jóvenes entre 4 y 17 años en los molinos, y los museos (Museo del Tiempo, Museo de los Molinos de Viento, Museo Zaans, etc) tienen precio variable, calcula unos 10 € / adulto de media.
Encontrarás los precios de cada museo y molino en la página web oficial de Zaanse Schans. Si tienes pensado visitar el interior de muchos molinos y museos, y además sois una familia con varios miembros, te puede salir caro. Hay un par de alternativas con las que puedes ahorrarte bastante dinero.
Una opción es la Zaanse Schans Card, que por unos 30 € / adulto y 20 € / jóvenes entre 4 y 17 años, te permite entrar en todos los museos y molinos durante un día. Por unos euros más, puedes escoger la opción de tarjeta + billete de bus (línea Amsterdam Central Station – Zaandam – Zaanse Schans). Visita la citada web para precios actualizados.
Otra alternativa muy recomendable si también vas a visitar Ámsterdam es la I Amsterdam City Card. Aunque a simple vista parece cara, incluye la entrada a muchísimos museos y actividades (como tours en barco por los canales y alquiler de bicis gratis), así como descuentos en Ámsterdam y alrededores. El ahorro puede ser bastante espectacular. Visita su web, haz una lista de lo que piensas visitar y las actividades que te gustaría realizar, y calcula cuanto te puedes ahorrar:
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Molinos de Zaanse Schans
Los molinos están ubicados a lo largo de la orilla del río Zaan. El recorrido se realiza por un camino asfaltado. Cuando llegamos al último molino (De Bonte Hen), a unos 800 metros del centro del pueblo, dimos la vuelta y regresamos por el mismo camino. Aunque la ruta pedestre se puede seguir por Kalverpolderpad, un camino que regresa al centro por el medio del pólder.
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Casi todos los molinos son réplicas o reconstrucciones de antiguos molinos de la zona. Cabe destacar que muchos de ellos continúan trabajando a pleno rendimiento de manera artesanal. Los que lo hacen cuentan con un molinero, que se dedica profesionalmente a elaborar los productos en los que está especializado el molino.
De Huisman
Siguiendo la calle principal de Zaanse Schans (calle Kalverringdijk), el primer molino que se encuentra es el De Huisman. Es un molino de mostaza. Se cree que data de 1786, y originalmente estuvo ubicado en Blauwe Pad, un antiguo camino desaparecido en el actual centro urbano de Zaandam. En 1955 se trasladó a un almacén de Zaanse Schans, donde fue reconstruido.
De Gekroonde Poelenburg
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A continuación encontramos el De Gekroonde Poelenburg, un aserradero de madera construido originalmente hacia 1730 en Oostzaandam, cerca de la plaza Dam de Zaandam, aunque reconstruido varias veces. Estuvo en funcionamiento hasta principios de la década de 1950, y luego quedó abandonado. En 1964 se edificó de nueva planta en Zaanse Schans.
De Kat
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El siguiente molino es el De Kat, especializado en la fabricación de pinturas de alta calidad. El original de 1696 fue demolido en 1942, y también estaba ubicado en los alrededores de Zaandam. La calidad de sus pinturas está reconocida internacionalmente, y numerosos museos han usado sus pigmentos especiales, entre ellos el Museo del Vaticano o la Casa de Rendbrant.
Kaatmolen y Het Zwarte Kalf
A pocos metros del De Kat, hacia el interior del pólder, hay dos molinos más. El Kaatmolen, construido en 1993 y procendente de la zona de Westzijderveld, en Zaandam; y el Het Zwarte Kalf, que se construyó en 2005. Ambos son muy pequeños, denominados «molinos de pradera» o «molinos de pólder», que se acostumbraban a utilizar para el drenaje de los campos.
De Zoeker
Continuando por Kalverringdijk, de nuevo paralelos al río Zaan, después del De Kat se encuentra el molino de aceite De Zoeker. Procede de Zaandijk, donde se construyó en 1672. En 1958 todavía funcionaba elaborando aceite como hacía tres siglos, y diez años más tarde se trasladó a Zaanse Schans en una espectacular operación que lo llevó entero de un lado a otro del río.
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Het Jonge Schaap
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El molino Het Jonge Schaap es el siguiente. Es un aserradero construido en 2007, réplica del molino del mismo nombre que se construyó en 1680 en Westzijderveld, en la zona de la actual estación de tren de Zaandam. Se demolió en 1942, aunque antes fue documentado e inspeccionado detalladamente, gracias a lo cual se pudo reconstruir fielmente en su actual emplazamiento.
De Os
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De Os es un molino de aceite documentado hacia 1649. Su ubicación original estaba en Oostzaan, a unos 4 km en línea recta de Zaanse Schans. En 1916 se desmanteló, y pasó a funcionar con un motor diésel hasta 1931, cuando se convirtió en un almacén. Es un molino curioso, ya que le falta una de las partes más típicas de un molino de viento: las aspas.
Het Klaverblad
Llegamos al molino Het Klaverblad, un pequeño aserradero construido entre 2000 y 2005. Representa a un tipo de molino de viento que en la región de Zaan había desaparecido. Antiguamente, estos pequeños molinos aserraderos eran mucho más frecuentes, dado que permitía a sus dueños ganar algo de dinero serrando pequeñas vigas y tablones.
De Bonte Hen
El último de los molinos de Zaanse Schans de la calle Kalverringdijk es el De Bonte Hen, también conocido como De Kip. Se trata de un molino de aceite, antiguamente aserradero, documentado en 1662 en este mismo lugar. Se demolió en 1935 y se reconstruyó en 1975. Es el molino de viento más septentrional de Zaanse Schans.
De Hadel y De Windhond
Hay un par de molinos más, aunque no están en Kalverringdijk a la orilla del río Zaan. Se hallan hacia el interior del pólder junto a canales menores, y son pequeños, tipo «molinos de pradera». En la calle Zeilenmakerspad, junto a la granja de quesos Catharina Hoeve, está el De Hadel. Originalmente ubicado en Broerdijk, funcionó como drenaje secundario. Se desconoce su año de construcción.
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En la calle Zonnewijzerspad hay otro pequeño molino, el De Windhond. Se construyó en 1890 y estuvo ubicado en el camino Blauwe Pad (Zaandam). Se sabe que fue un regalo de un padre a su hijo para su cumpleaños. Este tipo de molinos fercuentemente se construían para jóvenes, con el objetivo de que aprendieran su funcionamiento.
Museos y talleres
A escasos metros del De Bonte Hen, el último molino de la calle Kalverringdijk, se encuentra el Molenmuseum (Museo de los Molinos). En él podrás ver una pintura panorámica de unos 11 metros de ancho, que muestra todos los molinos de la zona alrededor de 1800, así como reproducciones a escala, mapas, obras de arte y objetos relacionados con los molinos de viento holandeses.
Vistos los molinos, en los cuales no entramos —pese a tener la I Amsterdam City Card— dado que había mucha gente y colas, volvemos por la misma calle Kalverringdijk hasta su inicio a la entrada del pueblo. Al princio de Kalverringdijk, que sería la «calle mayor» de Zaanse Schans, encontramos tres interesantes sitios uno al lado del otro, que albergan sendos lugares históricos.
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En el número 1, en un pequeño quiosco separado de la calle, está la Tinnegieterij de Tinkoepel, una de las últimas fundiciones de estaño en los Países Bajos. Podrás ver en acción un artesano fundidor, trabajando el metal con moldes de bronce, algunos muy antiguos. Los mismos artesanos tienen otro taller en Zaandam, donde su molde más antiguo data de principios del siglo XIII.
La primera casa de la calle, en el número 3, alberga el Museum Zaanse Tijd, dedicado a la historia del tiempo y los relojes, cómo se ha desarrollado la medición del tiempo a lo largo de los siglos y el oficio de relojero. Desde los relojes de sol o los primeros relojes de arena del siglo XIII hasta la era moderna. Curioso.
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El Museum Zaanse Tijd se ubica en una típica casa holandesa de tejedores del siglo XVII. El edificio originalmente se encontraba en Assendelft, un antiguo pueblo que hoy forma parte del municio de Zaanstad, a 2 km en línea recta de Zaanse Schans. Si tienes tiempo, dedica algo de él a este curioso lugar.
Si has estado en los Países Bajos, seguro que has visto por todas partes supermercados Albert Heijn. En 1887, Albert Heijn se hizo cargo de la pequeña tienda de comestibles que sus padres regentaban en Oostzaan. Actualmente es una multinacional con miles de tiendas en 11 países y más de 350.000 empleados. Su sede se encuentra en Zaandam.
Al lado del museo del tiempo, se halla el Museumwinkel Albert Heijn. Se trata de una curiosa reproducción de la primera tienda de Albert Heijn. En su interior podrás observar como era una tienda holandesa del siglo XIX, con sus muebles y los productos que se vendían entonces.
Delante del Museumwinkel Albert Heijn, cruzamos un puente de peatonal de madera, que desemboca en un sendero ajardinado junto a un pequeño canal. El puente cruza por delante de la casa de madera de Klaas Harenmaker & Comp, una antigua fábrica de planchas de crin en su día ubicada en Koog aan de Zaan, un antiguo pueblo hoy parte del municipio de Zaanstad.
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El edificio de Klaas Harenmaker & Comp se trasladó entero desde Koog aan de Zaan hasta Zaanse Schans en 1961, transportándolo sobre una estructura de acero hecha a medida y una grúa pesada a través del Julianabrug (Puente Juliana), justo delante de Zaanse Schans.
Paseando brevemente entre el jardín de la casa y un pequeño canal con patos y otras aves acuáticas, se accede a la calle Zonnewijzerspad, que más que una calle es un camino en medio de la pradera. Aquí está el taller de toneles de madera SR Tiemstra & Zonen. Originalmente estaba en Oostzaan, donde fue desmontado y almacenado en 1964, reconstruyéndose aquí en 1967.
Al final de la misma calle se halla el pequeño molino De Windhond, señalado anteriormente. En medio del precioso paisaje del pólder, entre senderos y pequeños canales se llega a la Klompenmakerij. Es una fábrica artesanal de zuecos, que también alberga el Museo del Zueco, una de las colecciones de zuecos más grandes de los Países Bajos. El lugar ideal para hacerte con uno de los souvenirs más típicos de Holanda.
A menos de 150 metros se encuentra el museo más importante del lugar, el Zaans Museum, junto al parking de Zaanse Schans. Entre otras obras de arte, objetos y exposiciones relacionadas con los molinos y la región, el museo atesora la «Vista del Voorzaan», una obra original del famoso pintor impresionista francés Claude Monet.
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En el mismo museo se puede disfrutar de la Verkade Experience, una fábrica de galletas y chocolate fundada en Zaandam en 1886. Las máquinas son originales de la época y siguen funcionando. Podrás ver el proceso de producción, personalizar el diseño del envoltorio de tu chocolatina y luego envolverlo en una «mini envolvedora».
Regresando al punto de partida por la calle paralela por la que hemos llegado, encontramos otro de los «platos fuertes» de Zaanse Schans. Si te gusta el queso, no vas a querer salir de aquí. Se trata de la Kaasmakerij (quesería) Catharina Hoeve. Es un paraíso para los amantes del queso. De cabra, de vaca, de oveja; gouda, ahumados, de sabores especiados con pesto, comino, coco…
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Puedes probar los quesos antes de comprarlos. En la misma quesería conocerás la historia de los famosos quesos Henri Willig, y podrás tomarte algo en su snack corner. Si en la fábrica de zuecos compraste unos como souvenir, aquí podrás llevarte otro recuerdo típico del país. Aunque este puedes comértelo antes de llegar a casa.
Otro lugar de interés para golosos es la Bakkerijmuseum In de Gecroonde Duyvekater (Museo de la Panadería), donde podrás probar un auténtico duivekater (resaca de paloma). Es un pan tradicional de la región de Zaan, al que se le añade mantequilla caliente, ralladura de limón y leche. Originalmente la panadería estaba en Zaandijk, y fue donada a Zaanse Schans en 1970.
Jasperhuisje es una pequeña cabaña de pescadores tradicional, procedente de la cercana localidad de Jisp. En esta casita, previo pago de 2 € los adultos y 1 € los niños, podrás vestirte con ropa histórica como un holandés/a de 1850. Sin duda, con tu vestido tradicional holandés, un queso de bola en una mano y unos zuecos en la otra, tendrás la foto definitiva de tu visita a Zaanse Schans.
En fin… hay algunas cosas más que ver en Zaanse Shans, como la destilería De Tweekoppige Phoenix, donde podrás probar whisky, ginebra o licores tradicionales; la Wevershuis, una casa de tejedores de velas y telas para molinos de viento del siglo XVIII; Blik op de Zaan, otro lugar para golosos donde experimentar con cacao, nueces, mantequilla y cacahuetes…
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Acabada la visita, nos sentamos en la terraza del De Hoop op d’Swarte Walvis, en la calle Kalverringdijk, a tomarnos un refresco, antes de regresar al aparcamiento donde tenemos el coche, en el P+R Wormerland. Allí, como te comentaba al principio del post, compramos comida en un Burguer King y nos la comimos sentados en el maletero de nuestro vehículo. Inolvidable.
Esperamos que este artículo sobre Zaanse Schans te haya resultado útil. Aunque como te comentaba anteriormente no pudimos entrar a algunos talleres y molinos debido al gentío y las colas, el lugar vale mucho la pena.
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Todas las imágenes son propias, excepto cuando se indica otro autor / procedencia en el pie de foto.
Información útil
- Página web oficial de Zaanse Schans.
- Turismo Holanda (Holland.com).
- Zaanse Schans mapa:
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Excente y muy completo trabajo, nuestras felicitaciones por ello, nos ha encantado. Saludos
Muchas gracias Jose, siempre procuro que los posts del blog estén bien documentados. Un abrazo.