Colmar tiene unos 70.000 habitantes, siendo el tercer municipio de la región histórica en número de habitantes, después de Estrasburgo (280 mil habitantes) y Mulhouse (110 mil habitantes). Pertenece a la región del Grand Est de Francia, fusión de las antiguas regiones de Alsacia, Champaña-Ardenas y Lorena. Es la segunda localidad de Alsacia que visitamos, tras Riquewihr, la perla de la viña alsaciana.
Ciertamente la bella Riquewihr pone el listón muy alto a cualquiera, pero el casco antiguo de Colmar no le va a la zaga. Especialmente la famosa Pequeña Venecia (Petite Venise), uno de los puntos de interés principales e imprescindibles que ver en Colmar. Tiene una bien merecida fama de ser un lugar muy bonito, y ciertamente lo es. Aunque por supuesto no es el único, la ciudad tiene mucho más que ofrecer.
El centro histórico atesora muchas otras sorpresas: preciosas calles y típicas casas con entramados de madera, edificios históricos, bonitas plazas… No en vano Colmar tiene registrados o clasificados 58 monumentos históricos. Sin más preámbulos, estos son los principales puntos de interés que ver en Colmar.
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Plaza de la Catedral
Aparcamos en la rue de l’Eau, en una zona azul muy cerca de la Iglesia de los dominicos y la Catedral. En cinco minutos nos plantamos en la Plaza de la Catedral (Place de la Cathédrale). Allí se encuentran varios edificios importantes, como la Colegiata de San Martín (Collégiale Saint Martin), la Salle du Corps de Garde, la Maison Adolph o la Maison Gintzburger, entre otros.
Delante de la fachada lateral mas cercana a la Rue des Marchands, se ubican tres importantes edificios históricos en fila, uno al lado de otro. En la esquina con la rue Mercière se puede observar la Maison Gintzburger (s.XV), típico edificio alsaciano pintado con colores alegres y entramado de madera.
Al lado derecho de la Maison Gintzburger mirándola de frente, se encuentra la Maison Adolph (s.XIV). Se construyó hacia 1350, y es una de las más antiguas de Colmar. A su lado está el Corps de Garde, construido en 1575 en el lugar donde antiguamente hubo una capilla dedicada a Saint-Jacques.
Colegiata de San Martín
La Plaza de la Catedral se llama así porque la Colegiata de San Martín (Collégiale Saint Martin) fue catedral hasta 1802. Desde entonces, es una «simple» iglesia parroquial. Es el segundo edificio católico más grande de Alsacia, solo después de la Catedral de Estrasburgo. Aunque hace siglos que perdió el rango de catedral, todavía se la conoce como Catedral Saint-Martin, o simplemente Catedral de Colmar.
De estilo gótico, y se construyó entre los siglos XIII y XIV en el lugar donde en el siglo XI se encontraba una capilla románica dedicada a San Martin. Su elemento exterior más característico es la gran torre de 70 metros de altura. Está catalogada como Monumento Histórico desde el14 de marzo de 1840.
Rue des Marchands
Probablemente la rue de Marchands (traducido sería «calle de los comerciantes») es, junto a la Petite Venise, uno de los lugares más famosos y bonitos de Colmar. En ella se encuentran algunos de los edificios y museos más interesantes de la ciudad.
Es una calle llena de tiendas, restaurantes y cafés con terraza. Y por supuesto, casas tradicionales alsacianas pintadas con vivos colores, tejados a dos aguas y entramados de madera.
En el número 11, esquina con la rue Mercière, se encuentra la Maison Pfister. Es uno de los edificios históricos más emblemáticos de Colmar. Data de 1537, y se caracteriza por su torreta y su fachada adornada con pinturas y figuras alegóricas. Justo a su lado, en el número 9, la Maison zum Kragen (s.XIV).
En el número 12, en un patio interior, se halla la Cour du Weinhof (s.XIV), un antiguo granero medieval que perteneció a las monjas del convento de Unterlinden, y se convirtió en propiedad municipal a principios del siglo XVII. En el número 30, encontramos el Museo Bartholdi (musee-bartholdi.fr). En este edificio nació el escultor Frédéric Auguste Bartholdi en 1834, autor de la Estatua de la Libertad de Nueva York.
En el 23-25 la Maison zum Oesterreich (s.XVI) y en el 36 la Maison Schongauer (s.XV), ambas en el prestigioso listado de monumentos históricos de Colmar.
Plaza de la Antigua Aduana
Desde la rue des Marchands, cruzamos la Grand Rue y en un minuto llegamos a la Plaza de la Antigua Aduana (Place de l’Ancienne Douane). Debe su nombre a la antigua aduana, también conocida como Koïfhus, cuando esta se encontraba en la plaza. El Koïfhus se acabó de construir en 1480, siendo actualmente el edificio público más antiguo de Colmar.
Ocupaba un lugar estratégico en la confluencia de la Grand Rue y la rue des Marchands, dos importantes ejes comerciales de la ciudad. A lo largo de su extensa historia el edificio ha sido utilizado para diversos usos: Fue sede de la Decápolis alsaciana, una federación de diez ciudades imperiales alsacianas libres creada en 1354; ayuntamiento, teatro, sede de la Cámara de Comercio e Industria y escuela.
Además de punto estratégico en la época medieval, actualmente la plaza también es lugar de paso entre la Plaza de la Catedral y el barrio de la Pequeña Venecia, uno de los lugares más famosos de Colmar, si no el que más. Destacan los coloridos edificios de la plaza, que conservan sus entramados de madera, tan típicos de la región. Por el medio de la plaza atraviesa un arroyo, adornado con una bonita verja decorada con flores.
Otro elemento destacable de la Plaza de la Antigua Aduana es la Fuente Schwendi (1898). Es obra de Auguste Bartholdi, y está dedicada al general Lazarus von Schwendi (1522-1583), quien según la leyenda dio origen a los famosos viñedos alsacianos, al importar cepas húngaras de Tokay a la región. Aunque parece que efectivamente, solo es una leyenda, porque esa cepa ya era conocida en Alsacia desde la Edad Media.
Barrio de los Curtidores
El antiguo Barrio de los Curtidores (tanneurs) se encuentra al lado de la antigua aduana, y se extendía desde esta por las actuales calles Tanneurs y Petite rue des Tanneurs, hasta el río Lauch. Los edificios del barrio tienen una arquitectura singular, con el típico entramado de madera, y con una altura de hasta seis pisos, construidos en su mayoría entre los siglos XVII y XVIII.
Allí vivían los curtidores y sus familias, que primero limpiaban las pieles de pelos, grasa y otras sustancias, y las remojaban en agua por un periodo de 6 horas a 2 días; por eso el barrio de los curtidores se encuentra tan cerca del río. Luego secaban las pieles, colgadas en las ventanas y en último piso, donde el entramado de madera estaba abierto para facilitar el secado.
El estilo arquitectónico de los edificios de los curtidores se puede observar particularmente bien en la rue des Petits Tanneurs. En la década de 1960, los edificios estaban en muy mal estado, y estuvieron a punto de ser demolidos. Afortunadamente, entre 1968 y 1974 fueron sometidos a una profunda y trabajada restauración.
Aunque ello conllevó la marcha de sus últimos vecinos tradicionales, una población en general envejecida y con ingresos modestos. Las viviendas fueron adquiridas por ejecutivos y personas de alto nivel económico, que en muchas ocasiones ni tan siquiera vivían allí. Todo ello cambió para siempre el alma del barrio, y la zona se convirtió rápidamente en una atracción turística.
Pequeña Venecia
A un paso de la Petite rue des Tanneurs, en dirección al río pasando por al lado del Mercado Cubierto, llegamos al Pont Rue des Tanneurs, un puente donde las cámaras y los móviles empiezan a echar humo, tomando fotos de las casas de colores a lo largo del Quai de la Poissonnerie (Muelle de la Pescadería o de los Pescadores). Estamos ante el barrio más famoso y turístico de Colmar: la Petite Venise (Pequeña Venecia).
Unos metros más adelante por el Quai de la Poissonnerie, encontramos otro puente, el Pont Rue des Ecoles. Esta zona de la Petite Venise no tiene desperdicio; fotogénica y bonita a más no poder. Desde este puente también se pueden obtener unas vistas y unas fotografías preciosas del Quai de la Poissonnerie:
El nombre de «pequeña Venecia» está relacionado con la organización del barrio entorno a los canales del río Lauch. Antiguamente fue una zona agrícola, y los canales se construyeron con el objetivo de facilitar el transporte de las frutas y hortalizas hasta el muelle del mercado, mediante barcas de fondo plano.
Siguiendo por Quai de la Poissonnerie y la rue de la Poissonerie hasta el final, se llega al seguramente el punto más fotografiado de la Petite Venise, el Pont de la Rue Turenne. Bien, en realidad no es el puente lo que se acostumbra a fotografiar, si no las vistas que se obtienen desde él, y que aparecen en cualquier blog, revista o folleto de viajes dedicado a Colmar:
La pequeña Venecia de Colmar cuenta con numerosos hoteles con encanto, bonitas plazas y tiendas muy bien arregladas, así como una amplia oferta de restaurantes, cafés con sus respectivas terrazas donde parar a tomar algo y disfrutar el ambiente. También se encuentran diversos winstubs, una variedad de bar restaurante de vinos típico de Alsacia.
Winstubs, los bares típicos de Alsacia
Tras tomar 50 fotografías desde el Pont de la Turenne, y justo antes de irnos de la Petite Venise, nos sentamos a tomar algo en una terraza muy animada de la calle de la Poissonerie, en un local llamado La Krutenau. En Colmar y en Alsacia en general, existen unos bares de vinos / restaurantes llamados winstubs. Aunque no sé si La Kratenau es uno de ellos.
Se dice que cuando Alsacia fue anexionada por Alemania tras la guerra guerra franco- prusiana de 1870, los alemanes se reunían en Bierstubes a beber cerveza, mientras los alsacianos hacían lo propio en winstubs a beber vino.
La idea de crear los winstubs fue de los productores de vino alsacianos, con el objetivo de dar salida al sobrante de la cosecha. Se ubicaban en la misma casa del productor, donde en un ambiente más bien rústico, se servía el vino en jarras y se acompañaba de comida casera. Vaya, lo que aquí en época antigua seria una taberna de toda la vida.
Al igual que las tabernas, los winstubs han evolucionado. Hoy en día, un winstub es un tipo de restaurante-bar decorado con elementos típicos de las casas tradicionales alsacianas, con elementos arquitectónicos de madera, manteles a cuadros rojos o las tradicionales jarras de vino de cerámica. Aunque originalmente eran lugares económicos, hoy en día hay un poco de todo.
La estatua de la Libertad de Colmar
El día que visitamos Colmar, procedentes del camping Riquewihr y entrando en la ciudad por la carretera de Estrasburgo (route de Estrasbourg), nos pareció estar viendo visiones. Una Estatua de la Libertad igualita a la de Nueva York (aunque más pequeña). Como no conocíamos su existencia, nos toco investigar un poco para saber qué hacía en Colmar otra Estatua de la Libertad.
Obviamente tiene su lógica. El creador de la estatua original, la de Nueva York, fue el escultor colmariense Auguste Bartholdi (Colmar, 2 de agosto de 1834- París, 4 de octubre de 1904), autor, entre muchas otras obras, de la Fontaine Bartholdi de Lyon, entre las 3 grandes de Francia.
Para conmemorar el centenario de su muerte, en 2004 se inauguró esta réplica de 12 metros de altura y tres toneladas de peso, algo mayor que la réplica de la Isla de los Cisnes de París. Se encuentra en la entrada norte de Colmar, dando la bienvenida a quienes llegan a la ciudad por su ruta más transitada, que no es otra que la route de Strasbourg.
La estatua es de arcilla teñida con apariencia de cobre patinado, y reforzada con una estructura interior de metal, siguiendo el mismo proceso que utilizó Gustave Eiffel con la estructura metálica de la original. En la que por cierto, también colaboró Eugène Viollet-le-Duc, responsable de la restauración de La Cité de Carcasonne, quien se encargó de la elección del cobre para la construcción de la estatua.
La Estatua de la Libertad de Nueva York fue un regalo que Francia ofreció a Estados Unidos para conmemorar el centenario de la Declaración de Independencia en 1776. El proyecto fue confiado a Auguste Bartholdi en 1871, y el 28 de octubre de 1886 fue inaugurada en Nueva York, en presencia del Presidente de los Estados Unidos Grover Cleveland.
Con la imagen de la peculiar Estatua de la Libertad colmariense nos despedimos de Colmar. Au revoir, Colmar!
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Información útil
- Turismo Colmar. Place Unterlinden, Colmar.
- Visit Alsace (Web oficial Turismo de Alsacia).
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Que pueblo tan bonito. Realmente esa arquitectura centroeuropea con los canales tiene un encanto especial.
Muchas gracias por compartir estos lugares.
Muchas gracias a ti por leerlo! Sí, realmente la Petite Venise es muy bonita. Como toda Alsacia en general. Saludos!