Territorio Dinópolis > 4a etapa: Región Ambarina y Bosque Pétreo

Día largo e intenso con anécdota rutera incluída. Empezamos la cuarta etapa del viaje por Teruel siguiendo del Territorio Dinópolis. Visitamos dos sedes que todavía nos faltan: Región Ambarina en Rubielos de Mora y Bosque Pétreo, en Castellote

Hoy será un día largo y muy intenso. Empezamos la «segunda parte» del viaje. En esta última parte visitaremos dos de las sedes de Territorio Dinópolis que nos faltan: Región Ambarina y Bosque Pétreo. Nos levantamos temprano porque tenemos muchos kilómetros por delante. Desayunamos por última vez en el apartamento de Teruel, y bajamos a la estación a buscar el vehículo. Lo dejamos estacionado en la puerta del apartamento.

4º dia, viernes 8 de septiembre: Rubielos de Mora (Región Ambarina), Castellote (Bosque Pétreo) y Valderrobres

Subimos lo más deprisa que podemos, no sea que los urbanos nos digan algo o la grúa se nos lleve el coche. Dejamos las llaves del piso encima de la mesa, tal como habíamos acordado. Bajamos cagando leches con las maletas y las bolsas, las cargamos y nos vamos sin ningún inconveniente. De hecho, no vimos ni un policía en los dos días que estuvimos en Teruel.

Territorio Dinópolis: Región Ambarina (Rubielos de Mora)

Salimos de Teruel para dirigirnos hacia Rubielos de Mora, a 62 kms y unos 45 minutos. Rubielos de Mora es un bonito pueblo medieval, donde se encuentra Región Ambarina. Es el sexto centro Dinópolis que visitamos. Una parte del camino lo recorremos por la A-23, la Autovía Mudéjar. Con mucha diferencia, la mejor carretera que encontramos en todo el viaje.

Aunque por poco tiempo. Al cabo de unos veinte minutos cogemos la A-1515. Llegamos a Rubielos de Mora a las 10,30h en punto, justo a la hora que abren Región Ambarina. Somos los primeros en llegar. Pero por primera vez en todas las visitas a las subsedes de Territorio Dinópolis, pronto se presentan otros visitantes. Son valencianos, van con una niña de la misma edad que mi hijo y rápidamente se hacen amiguitos. Es viernes, empieza el fin de semana y suponemos que por este motivo hay algo más de movimiento.

La temática de Región Ambarina gira en torno a un antiguo lago fosilizado y los animales que se quedaron atrapados en el fondo. Entre ellos, encontramos los restos originales y réplicas de un Morophus, así como algunos insectos que quedaron cubiertos por la resina de los árboles y aún hoy en día siguen dentro perfectamente conservados.

Como otras sedes, Región Ambarina cuenta con una zona de juegos infantil. En este caso también muy entretenida, con una pequeña «zona de excavación» donde los más pequeños pueden buscar restos «fósiles» enterrados en la arena, excavando con las herramientas que pone a su disposición el mismo centro.

Region ambarina Rubielos de Mora
Interior de la sede de Territorio Dinópolis «Región Ambarina», en Rubielos de Mora. La fotografia es de la web oficial de Territorio Dinópolis, por haberse perdido las que hicimos nosotros 🙁
 

Camino accidentado a Bosque Pétreo

Visitamos Región Ambarina en una hora más o menos y nos vamos, todavía nos quedan unos cuantos kilómetros hasta nuestro siguiente destino, Castellote. Se encuentra en la histórica comarca del Maestrazgo, a caballo entre la comunidad Valenciana y Aragón, concretamente entre las provincias de Castellón y Teruel.

En Castellote nos espera la séptima sede de Territorio Dinópolis, Bosque pétreo. Para llegar hasta allí tenemos dos opciones. La primera, volver atrás hasta Teruel y continuar por la N-420 en dirección Alcañiz. Esta ruta tiene 182 kms y tardaríamos 2h y 16m aproximadamente, según el GPS.

La segunda opción es continuar por la A-1701 bordeando la Comunidad Valenciana hasta Mosqueruela, continuar hasta Cantavieja y de allí hasta Castellote por la A-226. Todo por carreteras secundarias. Tardaríamos casi el mismo tiempo (2h. 13m) pero recorriendo sólo 117 kms. Equivocadamente o no, elegimos la segunda opción, porque aunque algo más complicada, preferimos pasar por lugares inéditos para nosotros.

Hasta Mosqueruela todo va bien, pero allí cometo un error garrafal. En lugar de coger la A-1701, cogemos la VF-TE-18. Estrecha, empinada y con muchas curvas, mi hijo empieza a sentirse mareado y con dolor de estómago, y tenemos que parar un rato a tomar el aire.

En unos diez minutos reemprendemos la marcha, atravesando una amplia zona boscosa, frecuentada por aficionados a las setas. La estrecha carretera discurre entre llanuras y pinos, hasta que empieza la bajada en dirección a Cantavieja.

entre Mosqueruela y Cantavieja
Entre Mosqueruela y Cantavieja.

Ahora la carretera más bien parece una pista forestal mal asfaltada y con muchos baches, que provocan que debamos circular sorteando agujeros a 30 o 40 kms / hora como mucho. El paisaje es muy bonito, pero no puedo disfrutarlo demasiado, ya que estoy más pendiente de esquivar hoyos … Finalmente, después de una hora que se hace un poco larga, llegamos a Cantavieja, capital del Maestrazgo, donde la carretera vuelve a la «normalidad».

Bosque Pétreo, Castellote… por fin

Alrededor de las 13 h llegamos a Castellote. Desde Rubielos de Mora ha sido un duro recorrido, pero hemos llegado. Encontramos fácilmente Bosque pétreo. Es la única sede de Territorio Dinópolis de las que hemos visto que se encuentra en medio del centro urbano.

Todas las demás están más o menos alejadas, dado que son naves muy grandes. Hace sol y calor, y entramos en Bosque pétreo, donde nos atiende una señora muy amable que tras sellarnos los pasaportes, nos acompaña en una visita guiada para nosotros solos, como es costumbre.

Cuando nos damos cuenta pasan quince minutos de las 14,30, hora en que se tenía que cerrar el centro. A la guía no le ha importado quedarse unos minutos más para terminar la visita, y se lo agradecemos.

Bosque Petreo Castellellote
Fotografia: web oficial de Territorio Dinópolis.

Una vez acabada la visita, dudamos si quedarnos a comer en Castellote y por la tarde ir a Peñarroya de Tastavins a visitar Inhóspitak, la última sede que nos falta. Pero ninguno de los dos tenemos hambre; lo que tenemos son ganas de descansar. Así que decidimos ir directamente a Valderrobres, que queda a unos 70 kms y más de una hora y cuarto de camino, y poner allí el punto final de la ruta de hoy. Dejamos Peñarroya e Inhóspitak para mañana.

El Roble de Valderrobres

Después de casi una hora y media de ruta pasando por La Ginebrosa, Monroyo y Fuentespalda, llegamos a Valderrobres. Buscando alojamiento en Booking encontré el Camping El Roble, donde se podía alquilar una jaima (una tienda de campaña grande y redonda) por 40 euros / noche. Lo encontré curioso, y aún más Julià, así que la reservamos. Llegamos al camping pasadas las cuatro de la tarde. La de hoy ha sido una jornada dura, más de cinco horas de ruta desde Teruel para recorrer un poco más de 230 kms.

El camping El Roble tiene pocos años, según nos cuenta Carlos, el propietario. Aunque el camping dispone de los servicios básicos a pleno rendimiento (buenas y limpias instalaciones de lavabos y duchas, cocina y comedor comunitarios, etc), Carlos nos pone como ejemplo la fachada del edificio de los lavabos y duchas, que ahora es de obra vista pero hay que recubrirlo con piedra en un futuro no muy lejano.

Es un camping pequeño y muy tranquilo, perfecto para visitar Valderrobres y la comarca del Matarraña. Por cinco euros más alquilamos una nevera para guardar la comida que nos queda.

Jaima
Jaima donde pasamos la noche en el camping El Roble de Valderrobres.

Un paseo por el casco antiguo de Valderrobres

Descansamos un rato, y pasadas las seis de la tarde cogemos el coche y nos acercamos a Valderrobres, a tres o cuatro kms del camping. Aparcamos en la misma carretera que atraviesa el pueblo. Encontramos un parque infantil lleno de niños, y paramos. Julià hace amigos muy pronto.

Al rato, vamos hacia el espectacular Puente de piedra y el portal de San Roque. Entramos de lleno al núcleo histórico, y subimos hasta el castillo. Por 8 euros + 1 euro de la audioguía (muy recomendable) podemos entrar los dos a visitar el castillo. La misma entrada vale para la iglesia de Santa María La Mayor y el museo.

Donde pasamos más tiempo es en el castillo, a Julià le encanta. Es grande, las zonas visitables son abundantes y están bien conservadas. La audioguía nos va dando toda la información sobre el castillo y las salas que vamos recorriendo.

El Puente de Piedra y el Portal de San Roque, en Valderrobres.

Al salir del castillo vamos al museo, donde entre otras cosas, hay reproducciones a escala de varios edificios de la comarca. Finalmente, damos una vuelta por la iglesia y hacia las 21 h volvemos al camping. Preparamos un arroz a la cubana en la cocina comunitaria, y luego nos vamos a la jaima. Refresca un poco, y en previsión de que refresque aún más por la noche, vamos a recepción y pedimos una manta.

Nos dejan una grande, gruesa y muy suave, y le digo a mi hijo que es de piel de oso (lo parece un poco). Ya en la cama, ponemos en marcha el portátil y continuamos viendo «El bebé jefazo» donde la dejamos. Diez minutos y ya estábamos guardando el ordenador para que se nos cerraban los ojos. Final de un día largo y duro.

Valderrobres
Castillo de Valderrobres.

Impresiones de Valderrobres

Valderrobres es el último lugar donde pernoctamos antes de emprender el camino de vuelta a casa. Es un pueblo medieval con un centro histórico precioso, y dispusimos de toda una tarde para descansar y visitar el pueblo. Se nota que es un pueblo turístico, sobre todo en contraste con muchos de los que visitamos a lo largo de estos días en el Teruel profundo.

Subir a lo alto del pueblo, donde está el castillo, la iglesia y el museo, perderse por sus estrechas callejuelas, escaleras y plazas es un placer. Del todo recomendable. Desde Valderrobres, antes de emprender el camino de vuelta, visitamos Inhóspitak, la última sede del Territorio Dinópolis que nos falta, en Peñarroya de Tastavins.

🎡 En la etiqueta Parques Temáticos encontrarás reseñas sobre otros parques temáticos que hemos visitado.

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